“hoy me salgo de mí, me digo adiós, dejo mi rostro prueba
De partida, me evaporo entre la bruma y resucito”
Gustavo Cobo.
Hoy contemplé el sueño de los que ya no vuelven, para intentar entender
Su letal descanso y el miedo profundo que los hombres le guardan.
Hoy decidí devorar la luna con los ojos y comprender
Que es lo que ven los demás para llamarla en la amargura,
Hoy marcharse sin dejar un nombre parece sencillo y
No justificar la razón, es lo más sensato, cuando una renuncia
Al ser y decide beber el contemplar los fantasmas ya no son tan ajenos.
Hoy escribo un poema que nadie podrá leer desde mi dimensión, porque se vive de prisa una gran broma llamada vida; hoy ya no escribiré en papel las paredes son mas firmes para soportar de pie.
Hoy dejé de ser y la angustia y el caos por primera vez respetaron mi silencio,
Y la maldición del tiempo ya no me alcanzara, hoy ya no seguiré a la razón,
Ni perdonaré a la nostalgia, hoy quiero poetizar la vida entera en los labios de un ángel que llego de no se donde a iluminar la abominable obscuridad.
Hoy mis errabundas y fingidas letras se moverán al compás de la paciencia
Hoy no moriré del todo si logro no alejarte como es mi gran Don, y la sombra
Ya no será la sospecha de un crimen
Hoy el guerrero se ha cansado de soñar en librar la batalla, hoy ya no culpare
A una religión, ni a la sabiduría que guardan los libros que el mundo no se cansa de alabar de ese erudito tan vacío de sí, que prefirió dejar que la vida se le fuese en reflexionar.
Hoy Dickinson se sentó a mi lado e irradió en cada letra de la melancolía
Hoy el infierno de Dante ya no es tan aplastante, hoy no quiero poblar la soledad, ni escuchar al ingenuo que habla de la felicidad, hoy quiero escalar en la santa poesía lo que me ha negado la vida, hoy me transfiguro en papel para que nadie me culpe de no ser algo grande, hoy he decidido no envejecer en el intento de lograr un lugar.
De partida, me evaporo entre la bruma y resucito”
Gustavo Cobo.
Hoy contemplé el sueño de los que ya no vuelven, para intentar entender
Su letal descanso y el miedo profundo que los hombres le guardan.
Hoy decidí devorar la luna con los ojos y comprender
Que es lo que ven los demás para llamarla en la amargura,
Hoy marcharse sin dejar un nombre parece sencillo y
No justificar la razón, es lo más sensato, cuando una renuncia
Al ser y decide beber el contemplar los fantasmas ya no son tan ajenos.
Hoy escribo un poema que nadie podrá leer desde mi dimensión, porque se vive de prisa una gran broma llamada vida; hoy ya no escribiré en papel las paredes son mas firmes para soportar de pie.
Hoy dejé de ser y la angustia y el caos por primera vez respetaron mi silencio,
Y la maldición del tiempo ya no me alcanzara, hoy ya no seguiré a la razón,
Ni perdonaré a la nostalgia, hoy quiero poetizar la vida entera en los labios de un ángel que llego de no se donde a iluminar la abominable obscuridad.
Hoy mis errabundas y fingidas letras se moverán al compás de la paciencia
Hoy no moriré del todo si logro no alejarte como es mi gran Don, y la sombra
Ya no será la sospecha de un crimen
Hoy el guerrero se ha cansado de soñar en librar la batalla, hoy ya no culpare
A una religión, ni a la sabiduría que guardan los libros que el mundo no se cansa de alabar de ese erudito tan vacío de sí, que prefirió dejar que la vida se le fuese en reflexionar.
Hoy Dickinson se sentó a mi lado e irradió en cada letra de la melancolía
Hoy el infierno de Dante ya no es tan aplastante, hoy no quiero poblar la soledad, ni escuchar al ingenuo que habla de la felicidad, hoy quiero escalar en la santa poesía lo que me ha negado la vida, hoy me transfiguro en papel para que nadie me culpe de no ser algo grande, hoy he decidido no envejecer en el intento de lograr un lugar.
vianey de jesús mendoza ruelas
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