Al final sobrevive una caja de pastillas,
la cama revuelta
y la misma pregunta con la pistola cargada.
La única mujer viva de toda la ciudad
y es un suicidio permanente
como el fantasma decidido
de un solitario kamikaze en la oscuridad
que no le importa morir ni matar
pero si llegar tarde a casa.
arturo accio
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